José de San Martín, padre de la patria argentina,
tuvo un papel fundamental en la independencia de Chile y Perú
José Francisco de San
Martin y Matorras, nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778 y falleció en
Boulogne-sur-Mer, Francia, el 17 de Agosto 1850.
Militar argentino y libertador de
Argentina, Chile y Perú, estudió en el Real
Seminario de Nobles de Madrid y luego inició en Málaga su carrera militar como
cadete en el regimiento de Murcia, siendo luego enviado a combatir al norte de
África. En 1808 el ejército de Napoleón Bonaparte invadió España. San Martín
participó en numerosas batallas con el ejército español contra los franceses,
llegando por su valor e inteligencia hasta el grado de teniente coronel.
Renunció
al ejército de España, se fue a Londres en 1811 y llegó a Argentina en
1812. Al poco tiempo, en unión de un grupo de militares, entre
los cuales estaban Carlos María Alvear, Bernardo Monteagudo y otros, fundaron
la Logia Lautaro, e idearon un
plan de lucha contra los españoles. Fue nombrado teniente coronel de caballería,
asignado a un regimiento de granaderos lleno de deficiencias en cuanto a
personal y equipo. Con su experiencia y profunda dedicación entrenó al
regimiento de granaderos; con una misión, vigilar las costas del río Paraná.
Con ese ejército, San Martín en la llamada batalla de San Lorenzo, derrotó a
una tropa de realistas en febrero de 1813, lo cual acrecentó su
prestigio.
El ejército de San
Martín cruzó los Andes en sólo veinticuatro días y en febrero de 1817, sus
tropas llegaron a Santiago de Chile y su ejército derrotó a los realistas en
las batallas de Chacabuco y Maipú. El nuevo Gobierno chileno nombró a San
Martín "Director Supremo", pero él rechazó el nombramiento y este le fue concedido
a O´ Higgins.
Con ayuda del
Gobierno de Chile encaminó su ejército en julio de 1821 hacia Perú, librando
varias batallas, ocupando Lima y declarando la Independencia del Perú. Por esa razón fue nombrado "Protector del Perú".
Tras la ocupación de
Guayaquil, luego de las batallas de Riobamba y Pichincha con lo cual Simón
Bolívar liberó a Quito, se reunieron en Guayaquil San Martín y Simón Bolívar
los días 26 y 27 de julio 1822. Luego de dicho encuentro, y en un profundo gesto de
humildad y sin egoísmos personales, San Martín decidió apartarse de continuar
la lucha. Volvió a Lima y luego se retiró de los cargos políticos y militares
que ostentaba en el Perú. Regresó a Mendoza en Argentina, anunciando también
allí su retiro de las actividades políticas y militares, regresando a Buenos
Aires en 1823, donde falleció su esposa.
En 1824, se embarcó
con su hija a Europa, ya no se encontraba bien de salud y comenzaba a tener
trastornos visuales, además, tenía muchas dificultades económicas. Para poder
radicarse en el pueblo francés de Boulogne-sur-Mer, requirió de la ayuda
económica de su antiguo compañero de armas en España, el militar Alejandro
Aguado, quien le facilitó dinero. Falleció a los 72 años en agosto de 1850,
siendo solamente acompañado en ese momento por su hija, el esposo de esta y sus
nietos.
A San Martín los
títulos le sobraron, entre los más importantes estaban: General en jefe del
Ejército Libertador de Chile. Comandante en jefe del Ejército Libertador del
Perú, Protector del Perú y finalmente Padre de la Patria y Libertador de
Argentina. Pero su legado más importante como ha expresado el autor Mariano Felipe Paz Soldán es haber sido: "El más grande de los
héroes, el más virtuoso de los hombres públicos, el más desinteresado patriota,
el más humilde en su grandeza, y a quien el Perú, Chile y las Provincias
Argentinas le deben su vida y su ser político"